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Final.

Jungkook estaba en un pequeño bosque que había detrás de su casa, su cabello estaba algo esponjado y su flequillo se movía al son del viento. Pintaba los grandes árboles de los cuales se había enamorado tanto.

Un poco de verde y azul por aquí y por allá y unas pinceladas blancas para dar la luz perfecta a su nueva creación.

El tiempo les había premiado de la mejor manera, los días eran tranquilos y reconfortantes.

Jungkook adoraba a Jimin con todo su ser, no se cansaba de agradecerle a la vida la oportunidad que se le concedió de mostrarle a su omega que en las manos correctas las flores vuelven a florecer.

Jungkook amó ir descubriendo el verdadero ser de su omega, lindo, atento, con un gran corazón, amoroso... feliz, pero sobre todo esta parte traviesa y juguetona.

Jungkook jamás imaginó ser tan feliz o que tan siquiera un humano llegara a tener el nivel de alegría que él poseía al estar al lado de su omega.

Jimin es tan lindo, hermoso y especial.

Volteó la vista al escuchar las pequeñas risas y las pisadas sobre las hojas otoñales que cayeron de los árboles.

Vio cómo Jimin cuidaba a un Jaesung de 5 años que caminaba despacio tomando de la mano a sus dos pequeños hermanos, Seoyoon un pequeño omega y Sooyun una linda alfa.

Los pequeños mellizos llegaron cuando menos lo esperaban, se enteraron un día cuando Jungkook percibió el cambio de olor en su omega, la noticia fue confirmada por Daebin quien ahora era orgullosamente omega de Solji y una hermosa marca adornaba su cuello.

Todos se volvieron locos cuando se escucharon los dos corazoncitos latir cuando realizaron la primera ecografía.

Jin realmente enloqueció preguntando cómo eso había sido posible o cuándo, a lo que su alfa le respondió en bromas que como si él no supiera.

Jimin fue consentido por ambos alfas durante todo su embarazo, prácticamente se la pasó en casa de Jin, ya que le era muy difícil muchas actividades con su gran barriga.

Todo su embarazo fue tranquilo gracias a su alfa porque fue a él a quien le vino todos los asuntos y síntomas del embarazo.

Fue una situación graciosa, pues el alfa fue quien vivió todos los antojos, náuseas, dolores y vómitos.

Jin en bromas le alegó a Yongsun por no hacer lo mismo que Jungkook y sufrir por él.

Jimin fue algo sentimental los primeros meses, en su mente no podía dejar de comparar las diferentes situaciones, cuando tenía a Jaesung en su vientre y todo lo que sufrió, a pesar de todo era un niño sano y muy hermoso.

En más de un par de ocasiones Jungkook encontró a su omega con su gran y enorme barriga recostado en su nido, su alfa no pudo evitar derramar un par de lágrimas al ver a Jimin llorar mientras acariciaba su vientre y cantaba algunas canciones. Jaesung siempre a su lado, completamente dormido, gracias al aroma de ambos impregnado en las mantas y almohadones.

Era entonces cuando Jungkook se acercaba con algo de comida para su omega y tomaba un poco de crema corporal para untarle en su piel y Jimin no podía dejar de llorar de felicidad porque se sentía sumamente amado.

Jaesung seguía igual de protector con Jimin, incluso amonestó con ternura a sus hermanos cuando se movían de forma brusca o le causan dolor cuando se acomodaban en su vientre.

Su pequeño cachorro corría para estar frente a su vientre y les susurraba que dejaran a mami descansar.

Al principio Jungkook y Jimin notaron un poco deprimido a Jaesung, al preguntarle qué sucedía, él simplemente respondió que tenía miedo que lo dejaran de amar.

A Jimin se le partió el corazón y lo acurrucó en su pecho haciéndole saber que nada ni nadie podrían romper el lazo especial que ellos tenían, ambos le hablaron y le hicieron entender lo mucho que lo aman. Jaesung al final decidió tomar muy en serio el papel de protector ayudante de su mami y ser un buen hermano.

Jimin fue muy feliz y consentido por Jungkook, le encantaba atar su cabello en un moño desprolijo, estar en short y usar overoles que su alfa le obsequiaba.

Amaba cuando Jungkook llegaba ubicándose por detrás, pasando sus manos por su vientre y elevando con sumo cuidado el peso de sus bebés. El omega suspiraba y se dejaba cuidar muy bien por su alfa.

Por las noches Jungkook se encargaba de hablarles a los bebés dentro de su vientre, reía y besaba su piel mientras Jimin acariciaba el cabello de su alfa. Entonces los movimientos se hacían leves bajo la voz arrolladora del alfa.

El pequeño Seoyoon tenía el cabello como el de su mami y ondulado con el color de ojos igual a los de su papi, solamente en una de sus mejillas se marcaba un hoyuelo y Sooyun la pequeña alfa tenía tonalidades rubias con el cabello ondulado y los ojos del mismo color a los de su mami, sus mejillas eran adornadas por dos hoyuelos.

El día del parto fue una locura, Jungkook y Jaesung estaban muy territoriales con él, a tal grado que el pequeño necesitaba entrar a cuidar a su mami, la única que pudo contenerlo fue Solji, le tenía un gran aprecio.

Cuando al final pudieron conocer a los cachorritos, Jimin se encontraba radiante como si nada hubiese pasado. Jaesung se acercó con un gran puchero en los labios y su mami lo abrazó al recibir un globo de felicitaciones.

—¿Estás bien, mami? —preguntó dejando correr sus lágrimas.

—Sí, amor, todo está bien —Jimin acunó su rostro, besa sus mejillas empapadas y lo marcó con su aroma.

—Te amo, mami.

—Yo también bebé.

Jungkook se acercó y extendió sus brazos para tomar a su lindo cachorro, besa su cabello —¿Quieres conocer a tus pequeños hermanos, amor?

Jaesung se abraza fuerte y Jungkook deja salir su aroma para tranquilizarlo —No temas, ellos quieren conocerte.

—Está bien —dice y se incorpora cuando su papi lo acerca a dos minicunas que estaban cerca de su mami.

—Ahí los tienes bebé —Jungkook le sonríe. Jaesung abre sus ojos, sorprendido, mira a su papi.

—Son muy pequeños —hace un puchero, sus ojos verdes se cristalizan. Jimin está a punto de llorar y Jungkook está al borde de las lágrimas.

El alfa lo acerca y el pequeño deja correr sus lágrimas cuando deja un casto beso en sus cabezas —Hola, bebés —saluda con una pequeña sonrisa cargada de amor.

Los pequeños se remueven en medio de un bostezo y el instinto de Jaesung sale dejando salir un poco de su aroma para calmarlos —Ya, aquí estoy, no se preocupen —arrulla y sus padres se ven a los ojos.

—Son muy lindos —dice sorprendido al verlos bostezar.

—Son idénticos a ti, tú eras igual cuando eras un bebé —Jimin pide que le acerquen a Jaesung de nuevo, él con cuidado se acurruca en su pecho llorando en silencio.

—Ya amor, todo está bien —lo arrulla y vuelve a marcarlo con su aroma.

—Yo, yo siento bonito aquí —Jaesung balbucea señalando su pecho.

—Eso es lindo cariño, es el amor que sientes por tus hermanos y eso es maravilloso. Ellos te aman igual, te aman desde que estaban dentro de mí y tú les hablabas, ¿recuerdas eso bebé?

—Sí era bonito, yo les hice algo mami.

—¿Qué cosa cariño? —Jungkook se acerca acariciando su espalda.

—Un nido para todos nosotros... —se sonroja y se oculta en el cuello de Jimin—. Yo tomé la ropa de mis hermanitos, la que preparamos el otro día, algo de mami, tuyo y otras cosas mías. Solo faltan sus olores y todo estará listo.

Jimin empezó a llorar de nuevo, Jungkook solamente sonríe feliz y orgulloso —¿En serio, Jae? Eso es un detalle muy lindo, amor —su mami besa su mejilla.

—Sí, papi dijo que se necesitaba hacer uno y no es lindo como los que él hace, pero se puede arreglar, yo pregunté a Solji y ella dijo cómo.

—Eso debe ser perfecto, cariño —Jungkook lo felicita—. Imagino que es el mejor nido de todos —Jaesung se sonroja y le regala unas sonrisas tímidas.

—Así es amor, muchas gracias —Jimin lo mece y siente cómo la respiración de su cachorro es lenta hasta qué se queda completamente dormido en sus brazos.

Jungkook amaba con su vida a Jaesung, era su primer cachorro.

Han estado conversando mucho con Jaesung, pues pronto sería el momento de ir a la escuela y lo que sucedía era que él se negaba y sus ojos se tornaba rojos, no lloraba ni hacía algún tipo de rabieta, solo decía que él no dejaría solo a su mami ni a sus hermanos.

Jimin estuvo explicando lo lindo que era ir a conocer nuevos compañeros y hacer otro tipo de actividades. Jaesung seguía no muy convencido de la situación, aún se encontraban negociando. Solo temía que algo le sucediera a su mami si él no estaba.

Jungkook le aseguró que todo estaba bien ahora y que nadie los podría dañar, al final Jaesung aceptó cuando sus papis prometieron ir por él cada día.

Además que él mismo se asignó como el encargado de supervisar el bienestar de su mami y sus hermanitos.

✧✦✧

Jimin ahora contaba con otros tres locales más de su pastelería, próximamente tenía planes de abrir otro. El negocio creció tan rápido y se hizo tan popular que no se dio abasto con solo uno, así que fue necesario poner otros más.

Jungkook fue capaz de enamorarse aún más de él cuando el omega le comentó querer realizar una colecta benéfica para las personas sin hogar y apoyar a algunas fundaciones para ayudar a los omegas desamparados.

Además, con lo que ganaba podía consentir a sus amigos, a sus pequeños y a su alfa con regalos que siempre deseó darles, él se sentía orgulloso de sí mismo sabiendo que apesar de todo, logró superar cada obstáculo en su vida.

Le encantaba consentir a Jungkook con sudaderos y ropa cómoda, platillos y muchas caricias y mimos.

Y su alfa se volvía loco entregándole muchos obsequios como una pequeña caja que contenía varios anillos, Jimin los tomó de inmediato y se los colocó en sus dedos, escuchando a Jungkook decir que representaban cada de los sentimientos que tenía por él, amor, felicidad, paz, alegría, regocijo y deseo.

También él le ha ayudado a ser lo que Jimin siempre quiso, pero nunca estuvo seguro. Ahora las uñas de sus manos eran adornadas por colores pastel. Jungkook dijo que le hacían ver hermoso y desde ese momento las pinta con frecuencia.

Los regalos de su alfa eran los mejores.

Por qué sí, Jungkook era alguien digno de sentarse y admirarle.

—Papi —llamaron los tres pequeños aligerando sus pasos para llegar hasta donde él estaba.

—Mis pequeños cachorros, ¿se han portado bien con mami? —pregunta pesando y mimando a sus tres hijos.

Los mellizos se dejaron caer al suelo, empezando a jugar con las hojas tiradas, Jaesung respondió por ellos —Si papi —el alfa sonríe y el cachorro corre para abrazarlo y Jungkook lo recibe gustoso.

—Bien cariño, eres un gran hermano mayor —besa su mejilla.

—Gracias, papi —a Jungkook se le derretía el corazón cuando escuchaba al pequeño hablar, siempre el sonido de la z bien acentuado, lo dejó en el suelo para que fuera con sus hermanitos que están levantando hojas de diferentes colores del piso.

Jimin llevaba un recipiente con algunas galletas y algo de fruta picada para los pequeños.

—Hola, alfa —saluda con un toque carmín en sus mejillas. Jungkook sonríe al ver su rostro, su cabello estaba un poco más largo y lo sujetaba en un moño alto.

—Hola, cariño —deja sus materiales y lo atrae de la cintura para besarlo y aspirar su dulce olor.

Se sentaron en un lugar que el alfa había preparado hace tiempo para que su familia compartiera tiempo con él. Jimin se ubica en medio de sus piernas pegando su espalda al pecho de su alfa, Jungkook lo abraza cruzando sus brazos sobre su estómago.

Apreciaron como Jaesung evitaba que Sooyun llevara hojitas secas a su boca —No, Soo —le hablaba quitando su manita de su boca.

La pequeña sonreía dando pequeñas risas que aligeraban el ambiente. El pequeño Seoyoon estaba distraído, recostado sobre una manta, viendo las nubes del cielo. Jaesung y la pequeña alfa se le unieron, su hermanito mayor les señalaba alguna figura que él encontraba graciosa como ese pato con gorra.

Jimin cerró los ojos respirando el calmo viento —Estaban locos por venir contigo, Soo se comió todas las verduras —rió sabiendo que a su pequeña no le gustaban, pero se las terminó al saber que irían con su papi.

El omega hizo tiernas caricias sobre las manos de su alfa, pasaron un rato así hasta que los pequeños se levantaron, entonces decidieron regresar a casa, pues tendrían una comida con los demás.

Jimin llevó a Jaesung en brazos y Jungkook a los mellizos.

Para la comida, cada uno dispuso llevar algo para almorzar, Jin, Yongsun, Yoongi, Hoseok, Solji y Daebin se encargarían de la comida y las bebidas, claro que Jimin y Jungkook el postre.

Llegaron a casa y Jaesung se paró algo impaciente esperando la llegada de Jaz, sus hermanos estaban con estos juegos que tenían sonidos de animalitos.

Y efectivamente los primeros en llegar fueron Yongsun, Jin y Jaz.

La cachorrita fue de inmediato con el pequeño alfa, cabe decir que aquella florecita de felpa que Jaesung le regaló fue como su manta de seguridad, nunca la soltaba y la cargaba por todos lados y siempre se emocionaba mostrándola, Jaesung siempre se sonrojaba, la pequeña tenía mucha de la personalidad de su mami.

—Jazy... —abraza a la pequeña llevándola de la mano a donde sus hermanos estaban jugando.

Jaesung se regresó recordando que no había saludado a sus tíos, luego de unos besitos corrió con la pequeña y sus hermanitos.

—Creo que deberíamos abrir nuestra propia guardería, ¿no creen? —Yongsun bromea con su hermano y cuñado.

—Supongo que mi florecita quiere más a Jae que a mí —Jin les señala a la pequeña que limpiaba las mejillas del pequeño alfa con una toalla.

Justo el timbre sonó y Hoseok se apareció con su pequeña alfa en manos, Lia de casi dos años de edad, la nena estaba encantada con Jimin, siempre que se reunían se le pegaba como un imán al omega y al pequeño Seoyoon.

—¡Jimin! —chilló emocionada, lanzándose a sus brazos.

—Pienso que deberíamos cambiar de hijos —entra Yoongi bromeando acercándose para saludar al omega, pero a su bebé no le agradaba mucho la idea, así que se abrazó al cuello de Jimin.

El único alfa adulto que a vista de la cachorra tenía permitido acercase a Jimin era su tío Jungkook.

Jin siempre vestía a juego de colores con su pequeña, Yongsun portaba algo en sus prendas pero no tan marcado como el omega.

Seoyoon por su parte le encantaba pasar tiempo con su tío Yoongi, el alfa lo hacía reír haciéndole cosquillas y soplando burbujas para que ellos pudieran explotar. La llegada de los pequeños los unieron más, parecía que eran hermanitos y que todos eran padres de todos los niños.

Los alfas se encargaron de servir la comida, los pequeños fueron ubicados en los lugares especiales para que pudieran comer supervisados por sus padres. Compartieron la comida en medio de risas y pequeños relatos de las parejas contando sobre sus hijos.

Salieron al gran patio para soplar burbujas y explotarlas y también jugaron a las escondidas, el ganador siempre era Jaesung, pues tenía un magnífico olfato para encontrar a todos.

Jin ponía un poco de música haciendo bailar a todos los pequeños con sus papis y mamis, mientras Solji y Daebin aplaudían emocionadas.

Jaesung se encargaba de supervisar que todos estuvieran a salvo y si alguno caía por accidente corría a auxiliarlo besando los pequeños raspones para que no lloraran.

La tarde cayó y cada uno regresó a su respectivo hogar, los bebés se despidieron con gran dificultad, ya que, no se querían retirar, pero sus papás prometieron organizar una pijamada en la próxima reunión.

✧✦✧

Jungkook estaba arropando a Jaesung mientras Jimin salía de la habitación de los mellizos, se cambiaron lugares para darles el beso de buenas noches a sus cachorros.

Jaesung estaba profundamente dormido, a Jimin se le escapó una sonrisa cuando vio aquel libro viejo que usaba como almohada que Solji le compró a su pequeño cuando estuvieron alejados. Su pedazo de cielo era tan lindo y tierno, peinó sus cabellos dorados y besó su mejilla —Dulces sueños cariño.

Salió de la habitación con aires nostálgicos en su pensamiento, en la calma de su hogar y el silencio apreció todo su alrededor.

Adoraba su hogar, al fin tenía una casa, una familia y un lugar a donde pertenecer.

Suspirando, se paró frente aquel gran cuadro que Jungkook le pintó con aquellas cenizas que ahora eran recordadas con una gran sonrisa, su pasado era pasado y Jungkook le hizo tan feliz que ya ni siquiera era un mal recuerdo.

Su retrato era el único pintado a blanco y negro, todos los demás eran a colores, su pared estaba casi llena y Jungkook le dijo que levantaría otra si era necesario para seguir llenándola con más lindos recuerdos.

Se detuvo observando una foto que en especial le encantaba, era una donde estaban sus tres pequeños con las mejillas muy manchadas de salsa y algunos fideos sobre su cabeza, Jaesung estaba limpiando las mejillas de Seoyoon mientras Sooyun le estampaba la manita con salsa a Jaesung sobre su cabeza.

Los tres se dispusieron a reír después de eso, las demás fotos estaban guardadas en un gran álbum que Jungkook tenía bajo su poder alegando que era su posesión más preciada.

Se admiró en una fotografía cuando estaba embarazado de los mellizos, su enorme suéter impedía apreciar el tamaño de su gran estómago, pero su alfa se lo levantó para besar su piel y Jin capturó el momento en el tiempo justo que sonreía por la caricia.

Dio otro paso admirando la siguiente donde se encontraba Yoongi y Hoseok celebrando los primeros pasos de Lia.

Una más de Solji y Daebin con Jaesung en brazos.

Siguió su camino encontrando aquella donde Jin perseguía a Yongsun con un pañal sucio de Jaz, la pequeña reía de ver a sus papis jugando.

Las fotos de la boda también tenían un lugar especial, sonrió recordando aquellos lindos momentos donde bailó con Jungkook, fue tanta su felicidad que la música llegó a sus memorias logrando que un par de lágrimas se le escaparan de sus bellos ojos.

Su caminata al altar y la vista de su alfa.

Jin llenando de fluidos nasales el vestido de su alfa y luego enfadado porque la persona encargada de las fotos lo había capturado.

Él con su hermoso traje, el cual guardaba como un tesoro.

Jaesung persiguiendo las luciérnagas.

Las grandes sonrisas de los invitados posando para las fotos, otros con ojos llorosos por compartir aquel momento tan especial con ellos, la toma de los ramos cuando Jin se apoderó del que él había lanzado.

Los amaban, amaban con un cariño inigualable que si pudieran ser poetas o cantantes en sus letras les dirían lo especial que son para ellos.

Y esa una de sus muchas preferidas donde estaba cargando a Jaesung mientras él y Jungkook le daban besos en sus mejillas provocando risas en su cachorro.

Jimin suspiró sintiendo en el pecho la cercanía del alfa, Jungkook venía con una taza de café en sus manos dando pequeños sorbos.

La calidez del amor que Jungkook le tenía lo arropaba de la mejor y más linda manera posible.

Era difícil de describir, sus almas se fusionaron a tal nivel que eran un ente viviendo en dos cuerpos diferentes. Simplemente, resplandecían como las auroras boreales.

Todos los días Jungkook se encargó de hacerle sentir amado, era venerado, deseado y protegido en gran magnitud.

Ahora sus instintos se habían fundido en un fuego vivo, un calor bueno y reconfortante.

Y ahora, en este momento, Jimin se dio cuenta de que no tenía que renacer de sus cenizas, se había equivocado, porque él era el maldito fuego. Fuerte y vivaz.

Ambos estaban en shorts y descalzos, Jungkook puso un disco sobre el viejo tocadiscos, la melodía empezó a escucharse envolviéndolos en tranquilidad y el amor se respiraba a su alrededor.

—Hola, cariño —su alfa lo besa y abraza atrayéndolo cerca.

—Hola, Kook —Jimin se refugia en su pecho.

La trompeta de It's Been a Long, Long Time se escuchó y Jungkook lo atrajo a su pecho, empezando a bailar bajo aquel techo de su hogar.

Sus pasos eran lentos, al ritmo de la música, se respiraba los tintes de sus aromas haciéndolos suspirar enamorados, día lluvioso junto a un buen libro para leer, acompañado de un buen café. Además, los dos aromas de sus otros dos cachorros, chocolate y tarta de manzanas.

Jungkook acunó sus mejillas entre sus manos, acariciándole los pómulos con sus pulgares, y le regaló la más linda sonrisa, acercó sus labios y los unió con los de su omega. El alfa recargó su mentón sobre la cabeza de su amado Jimin.

La música seguía sonando y ellos se perdieron entre las melodías bailando sumidos en su mundo.

—Te amaré hasta la eternidad omega —le recordó una vez más en susurros.

—Hasta el final de los tiempos alfa —se abraza más al torso de su amado.

En el cielo tres estrellas resplandecían más que las otras, dando fe del amor tan grande que Jungkook y Jimin se tenían.

Y en este tipo de historias no me atrevo a ponerle fin porque algo tan lindo y tan puro nunca lo tendrá, esto quedará plasmado en nuestra memoria hasta el final de nuestra propia existencia.

Fin.

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